domingo, 30 de diciembre de 2007

Lista para el Nuevo Año

1
Escribir más
(y mejor, por supuesto)

2
Leer más
(dejándome llevar por mi instinto)

3
Tomar menos café
(dormir es necesario)

4
Ir al gimnasio
(que para algo pago)

5
Aprender inglés
(aunque sea con el Talk to me de las narices)

6
Reír más
(¿más? se van a pensar que estoy loca)

7
No morderme los labios
(eso va a ser lo más difícil)

8
Ver más cine
(aunque sea en casa, que así hay más para elegir)

9
Desengancharme de Internet
(desconectar el wifi, también vale)

10
Querer
(aunque me equivoque)



Y para vosotros




viernes, 21 de diciembre de 2007

Navidad, Navidad, dulce Navidad

Desde chiquitita tuve que escuchar a una de mis hermanas decir que no le gustaba la Navidad. Quizá por eso estoy inmunizada contra comentarios del tipo "es una fiesta comercial" "hay mucha hipocresía" "todo es por el interés" "es una ocasión muy triste por los que ya no están".

Lo confieso: A mí me gusta la Navidad. Me encanta ver las calles iluminadas, las caras de los niños frente a los escaparates. Me gustan los turrones, los polvorones. No, el mazapán, no. Me chifla comprar regalos, pensar en aquellos a los que quiero e imaginar sus caras cuando abran los paquetes.


Me gusta recordar a los que ya no están, pero no con tristeza. Recuerdo las canciones de mi padre con su guitarra, lo mucho que le gustaba la Navidad, tener a todos su hijos alrededor. No encuentro la razón para estar triste.

Estoy con una bronquitis que no me deja ni dormir y me he perdido la cena y el aperitivo del trabajo. Esta tarde estaba yo sentada en mi sillón, con una manta y encontrándome fatal cuando han llamado al timbre. Era Olga, una de mis compañeras y traía en los brazos, cual bebé de nacimiento, dos bandejas del susodicho aperitivo y un regalo. Venía en representación y reconozco que me ha emocionado. Espírtitu navideño, lo llamo yo.

No hay nada de hipocresía en el amor que siento por los míos.

Tampoco la hay en mis deseos para vosotros.


Feliz Navidad
De corazón

Pd: que haya suerte con el sorteo

martes, 18 de diciembre de 2007

Grageas, 100 cuentos breves de todo el mundo

(ilustración de Carlos Nine)

Introducción
Sergio Gaut vel Hartman

CUENTOS

Diez ochenta y seis, Gustavo E. Abrevaya
Anathema sit, Daniel Alcoba
Trenes desaparecidos, Cristian Aliaga
Los chicos crecen, Germán Amatto
El sol (XIX), Esther Andradi
Competencia, Olga Appiani de Linares
El poder de la fe, Martha Argel
S.O.S., Erna Aros Pensa
Lecturas, Márgara Averbach
El deunkoza, Edgar Omar Avilés
Orfeo y Eurídice, la realidad, René Avilés Fabila
Descenso, Luisa Axpe
En un día de verano marciano, amor, Helena Bandeira
Bacon, Carlos Barbarito
Currículum, José Ángel Barrueco
Economía, Sandra Becerril Robledo
Biotopía, Bernardo Fernández (Bef)
El sanador, Antonio Bellomi
Destripe, Alejandro Bentivoglio
Mecanografía, Ricardo Bernal
La Franja, Claudio Biondino
Mariposas, Nuria C. Botey
In pelli veritas, Hélène Calvez
La primera vez, Doris Camarena
Ondina, Abelardo Castillo
Todo lo importante, Antonio J. Cebrián
Las ciudades se levantan, Alberto Chimal
La novela perfecta, Francisco Costantini
El precio de la utopía, Roberto de Sousa Causo
Qué ves cuando me ves, Marcelo Di Lisio
Morir en casa, morir despacio, Marcelo Di Marco
Utopía de la bailarina, Pablo Dobrinin
Primer contacto, Hernán Domínguez Nimo
Ya nadie cree en la magia, Carlos Duarte Cano
Cambio, Miguel Esquirol
Suspensión en el aire I, Jorge Etcheverry
Sueños eléctricos, Santiago Eximeno
Teatro nocturno, Marcial Fernández
Tejiendo hechizos, Ruth Ferriz
Enamorada del muro, Zulma Fraga
La memoria de las piedras, Jacques Fuentealba
Quitamanchas, Adam Gai
La Sirenita, Elvio E. Gandolfo
Puta informática, Rubén García Cebollero
Los cuarenta ladrones, Luisa María García Velasco
El señor Tsé es un optimista, Ezequiel Gaut vel Hartman
Percusión, Eduardo Abel Gimenez
Primer Beso, Pablo Giordano
Títeres sin hilos, Ricardo Germán Giorno
La chica plástica, Manuel Girón
Luciérnagas, Vladimir Hernández
Electrofilia, Juan Diego Incardona
Blowin'in the wind, Sylvia Iparraguirre
Sandra, Tatjana Jambrisak
Cenicienta, Leonardo Killian
El manifiesto oculto, Miguel Ángel López Muñoz
Zona de detención, Marcelo Luján
Previsiones para leer a Julio Cortázar, Ángel Maldonado Acevedo
Satori, Leo Masliah
El escritor, Laura Massolo
La libertad, Víctor Montoya
La presencia, Vicente Muleiro
Amigos en un parque, Juan Pablo Noroña
Teorema, Carlos Orsi Martinho
Olor a tierra mojada, José Vicente Ortuño
El hechizo de Van Gogh, Araceli Otamendi
Paraíso perdido, Gloria Pampillo
Extinciones, Pilar Pedraza
El despegue, Jean-Pierre Planque
Al final del camino, Juan Pomponio
Cómo se salvó la humanidad, Khristo Poshtakov
El paseo, Beatriz Pustilnik
Historia de una santa, Rogelio Ramos Signes
Los espejos enfrentados o el énfasis de vivir secretamente, Nela Rio
Mariposa, Ana Cristina Rodrigues
No quiero ser como ellos, Lady Rojas Benavente
Camina despacio, Antonia Romero
Odín, Paula Ruggeri
La creación del perdón, Luis Saavedra
Hombres de barro al sol, Alejandro Sahoud
Narciso 2050, Angélica Santa Olaya
Virtual, Domingo Santos
Todo lo sólido se desvanece en el aire, Saurio
Tecnogamia, Federico Schaffler
En la ciudad vacía, Lewis Shiner
Pájaros, Ana María Shua
De abandonos, Susana Silvestre
El régimen alimenticio de los caballos, Fernando Sorrentino
La oferta del pecado, Patricia Suárez
Doscientas cincuenta palabras, Verónica Sukaczer
Un trozo de cielo, Susana Szwarc
Escribe, respira, escribe, Gabriel Trujillo Muñoz
Generación espontánea, José Ramón Vila (Txerra)
Uno de misterio, Luisa Valenzuela
Frankfurt, Pablo Valle
Los laberintos, Soledad Véliz Córdoba
Reflexión sobre la carestía de la escritura, Joao Ventura
Revelación, Alicia Zavala Galván
Utópolis, José Luis Zárate
Fracasador, Sergio Gaut vel Hartman


A Sergio Gaut vel Hartman, gracias por haber pensado en mí.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Qué dura es la fama

Hace un par de días me pasé por la página oficial de Arturo Pérez Reverte y estuve leyendo un artículo de su pluma, estilo “desatasca tripas” al que nos tiene acostumbrados.

He de reconocer que aunque me gusta su manera de sacar los colores al personal también me canso si leo muy seguido sus artículos porque se me colapsan los filtros que tengo para la crítica en general.

Del señor Reverte mi obra favorita es La tabla de Flandes. Por aquél entonces era un desconocido para mí y su manera de decir las cosas me resultó tan novedosa que leí aquella novela de un tirón, sin apenas interrupciones.

Pues bien, como decía al principio, hace un par de días me pasé por su página y leí el artículo titulado: Abordajes callejeros y otras situaciones y después, como me ocurre a veces, no pude dejar de pensar en él, me refiero al artículo no al señor Reverte.

Nunca, jamás, he pedido un autógrafo a nadie, ni se me ha ocurrido acercarme a una persona que admiro a decírselo. Creo que me moriría de la vergüenza. Por si acaso, no voy a probarlo, pero reconozco que tengo algo de fetichista. Lo confieso: vi un bolso en un capitulo de las Chicas Gilmore y lo he buscado durante una buena temporada.

Este verano, sin ir más lejos, después de una larga excursión al Lago Negro, en la Ribagorça, cuando ya regresaba al coche, con las piernas rotas, y tan cansada que no me acordaba ni de mi nombre, me crucé con un actor de una serie catalana que seguíamos en casa. Él iba en grupo y comenzaba la marcha. Mi hija y yo nos miramos las dos y nos preguntamos “¿es él?” las dos asentimos y nos dio un poco esa risa tonta que da cuando tienes la sensación de saber algo que nadie más sabe.

No negaré que hay personas a las que conozco por su “palabra” con las que me encantaría pasar un buen rato. Una tarde de charla con Jostein Gaarder, una comida con Amy Tan, un paseo por las Ramblas con Manolo García o, ¿por qué no? un café con Arturo Pérez Reverte.

Al señor Reverte le conozco como escritor y está en sus libros. Al otro, al que le gusta pasear, subir en globo, o lo que sea que le guste hacer, a ese no he tenido el gusto de que me lo hayan presentado y, por lo tanto, si me lo encuentro en un café intentaré ser discreta y que no se percate cuando le dé un toque a mi pareja por debajo de la mesa al tiempo que señalo con la mirada…
…mientras intento no imaginarlo en la precaria situación que narra en su artículo, no vaya a ser que no pueda contener la risa.
Perdón.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Peso cero


Miguel Sanfeliu ha tenido la deferencia de leer mi novela y después se ha tomado la molestia de hacer una entrada en su blog sobre ella.
Gracias Miguel.

También Mónica Gutiérrez Sancho ha tenido la gentileza de hacer un post sobre mi novela.
Gracias Mónica

miércoles, 5 de diciembre de 2007

La vida

Tiene la sensación de que no va a ningún sitio.
Derrotada.
Hundida.
No la ha vencido ningún monstruo salido de debajo de su cama.
Al menos no uno al que pueda tenerle miedo.
Es la angustia y la certeza quien la ha vencido.
La seguridad, la comodidad, la falta de alicientes.
La vida.
Es verse en el espejo.
No reconocerse.
Sentirse otra.
Ya no hay sufrimiento.
No hay dudas.
Solo un día.
Uno tras otro.
El mismo.
Y delante el infinito.
Porque no hay final mientras viva.
Y cuando no viva no habrá nada.
El infinito.

Le cuesta respirar.
No son los pulmones.
Es la conciencia.
La certeza de saber que se acaba.
Se le va entre los dedos.
La ve caer a sus pies.
Todos los días.
Uno tras otro.
La vida.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

¡Qué tarde la de aquel día!

Ayer fue uno de esos días que gustan de recordar cuando pasa el tiempo. Siempre he sido mujer de placeres pequeños. Me reconforta el olor del café recién hecho, el frío en la cara con el cuerpo calentito, un encuentro fortuito con algún antiguo amigo…

Ayer tenía que ir a Barcelona, vivo en un pueblo del extrarradio y tenía asuntos que resolver en el centro. Una vez libre de obligaciones me encontré en pleno Paseo de Gracia, sola y ociosa.

La tarde pasa rápida y la noche se acerca. Camino Paseo abajo, el frescor en la cara y algunas luces de Navidad en las tiendas.

Para los que conocéis Barcelona ya sabéis que Paseo de Gracia es una avenida especialmente hermosa con edificios antiguos y grandes aceras repletas de escaparates, luces, terrazas y turistas.

Hacia abajo porque vengo de lo más alto, no puedo evitar sonreírme a mí misma unas cuantas veces. A lo mejor nos cruzamos sin saberlo.

Entro aquí y allí y por fin me detengo.
Es La Casa del libro, con su entrada atípica y su mundo subterráneo.
Libros y más libros.
Libros de todos los géneros.
Libros de gente que escribe.
Como yo, me digo.
Sin comparaciones, con admiración y humildad.
Como el que entra en un santuario.
Allí no hay santo pero hay mucha, mucha fe.


sábado, 24 de noviembre de 2007

25 de Noviembre

Día Internacional de la Eliminación
de la Violencia contra la Mujer
2007
21.11. Acuchillada
19.11. Apuñalada
18.11. Acuchillada
11.11. Apuñalada
03.11. Estrangulada
29.10. A golpes
23.10. Degollada
20.10. Apuñalada
15.10. Asfixiada
09.10. Degollada
18.09. A golpes
17.09. Degollada
15.09. Acuchillada
14.09. Por los golpes
08.09. Apuñalada
27.08. Acuchillada
25.08. Acuchillada
23.08. A martillazos
20.08. Apuñalada
12.08. Apuñalada
09.08. A golpes
06.08. Por disparo
31.07. Acuchillada
29.07. Acuchillada
19.07. Apuñalada
18.07. Estrangulada
15.07. Apuñalada
11.07. Degollada
10.07. Apuñalada
28.06. Acuchillada
23.06. A golpes
21.06. A golpes
17.06. Apuñalada
17.06. Apuñalada
15.06. Apuñalada
12.06. A martillazos
10.06. Acuchillada
04.06. Acuchillada
02.06. Apuñalada
01.06. Apuñalada
31.05. Por disparo
30.05. A golpes
28.05. Apuñalada
20.05. Apuñalada
07.05. Por disparo
07.05. Apuñalada
05.05. Apuñalada
21.04. A golpes
19.04. Estrangulada
16.04. Apuñalada
15.04. A golpes
27.03. Degollada
24.03. Acuchillada
23.03. Apuñalada
03.03. Estrangulada
26.02. Quemada
26.02. Estrangulada
19.02. Apuñalada
14.02. Apuñalada
14.02. Apuñalada
07.02. Apuñalada
01.02. Apuñalada
01.02. Acuchillada
29.01. Por disparo
27.01. Apuñalada
21.01. Apuñalada
11.01. Por disparo

En el arte como en el amor
la ternura es lo que da la fuerza
(Oscar WILDE)

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Anika entre libros

Por si es de vuestro interés Anika ha tenido la gentileza de publicar en su revista una crítica sobre mi novela Peso cero y una entrevista, ambas de la pluma de Rosa Ribas. También he tenido la osadía de participar en su web en la sección"

Desde aquí quiero dar las gracias a las dos, a Anika por proponérmelo y a Rosa Ribas por el trabajo que se tomó.

En las fotos están los enlaces.




domingo, 4 de noviembre de 2007

My name is...




Mi nombre es Luka
Vivo en el segundo piso
Vivo encima de tu casa
Sí, creo que me has visto antes

Si oyes algo de madrugada
algúna clase de jaleo, alguna clase de pelea
No me preguntes qué pasó
No me preguntes qué pasó
No me preguntes qué pasó

Creo que soy un poco torpe
Intentaré no hablar tan alto
Quizás estoy algo loco
Intentaré no ser soberbio

Sólo te golpean hasta que lloras
Y después de eso, no preguntas por qué
Simplemente no discutes más
Simplemente no discutes más
Simplemente no discutes más

Sí, creo que estoy bien
Me golpeé con la puerta otra vez
Bueno, si preguntas es lo que diré
Y también eso de “no es asunto tuyo”

Imagino que me gustaría estar solo
Sin nada roto, sin nada golpeado
No me preguntes cómo estoy
No me preguntes cómo estoy
No me preguntes cómo estoy

Mi nombre es Luka...

-Luka-
Suzanne Vega

jueves, 25 de octubre de 2007

Los sueños incompletos


La vejez no está de moda, para qué nos vamos a engañar. 4600 años, son muchos años y algunos creerán que ya ha vivido bastante entre nosotros.

Hace mucho, mucho tiempo (bueno, no tanto) tuve la oportunidad de realizar el viaje que tanto había soñado. Era una de esas promesas que uno se hace a sí mismo y que algunas veces se llegan a realizar. Me empapé de cultura e historia egipcia, leí y leí sin descanso, grabé en mi cerebro cada piedra que quería visitar, cada paso que quería dar. Sobre todo, me interesaba el Valle de los Reyes y el de las Reinas; me vi a mi misma caminado por la rampa del Templo de Hatsepsut tantas veces que era como si pensase en un regreso.

Cuando pisé el suelo de El Cairo tuve la sensación de que incluso mi corazón latía más despacio, era como si hubiese retrocedido en el tiempo. La ciudad moderna es un desastre, es cierto, pero se le perdona porque conserva en sus entrañas la historia de miles de años arrastrada por ruedas de carro.

Desde el segundo día, uno tras otro, todos mis compañeros de viaje iban cayendo en un perfecto "efecto dominó" producido por el temido "cólico" del que tanto nos habían avisado. No bebáis agua, no comáis fruta, no os expongáis al sol.
La primera noche en El Cairo, M.A. y yo nos fuimos con el guía a recorrer la ciudad y entramos en un bar donde nos bebimos un zumo de fresa delicioso. ¿Alguien no sabe que el zumo lleva agua?

Después vino el crucero por el Nilo. Agua, no bebimos más que embotellada, pero la sopa... ¿Y las naranjas? ¿Cómo resistirse a aquellas naranjas? Las más dulces que he comido jamás.

Me pasé todo el crucero hablando a todo aquél que me quisiera escuchar sobre las maravillas del Valle de los Reyes -si Modesto cayera en este blog seguro que me recordaría-.

El viaje estaba llegando a su fin, quedaban un par de días para regresar a la realidad.

Aquella noche, él empezó a encontrarse mal. No cenó. Se retorcía con unos dolores terribles, los vómitos y la diarrea lo dejaron postrado en la cama. Sé exactamente cómo se sentía porque igual me sentí yo, seis horas después.

Apenas oí el barullo de los que salían de excursión hacia El Valle, me encontraba en una semi inconsciencia absurda y desesperante.

Cuando me recuperé y pude salir del camarote ya habían regresado. Modesto vino a recibirme: "No sé si decírtelo. Tenías toda la razón, ha sido lo mejor del viaje..."

Me puse a llorar de rabia, y he de reconocer que la visita a la pirámide escalonada ya no fue lo mismo. Él me consolaba diciendo que eso había ocurrido para que volviese. Sí, cómo Pompeya cuando fui a Italia.

Hay algo en mis viajes que parece ser obra de una mano tenebrosa. Si yo fuese el personaje de una de mis novelas sería más benevolente... o no.

En fin, todo esto viene a que he leído en "La Vanguardia" que la Esfinge se hunde:

Las aguas subterráneas están emergiendo formando amenazantes charcos alrededor del monumento"

A ella sí la vi. La recuerdo bien, erguida e indiferente ante tanto curioso.
Y he tenido la sensación de que "alguien" me recordaba una cita pendiente.



lunes, 22 de octubre de 2007

En la variedad...

Rosa Ribas acaba de publicar su segunda novela: Entre dos aguas

"La comisaria Cornelio Weber-Tejedor, de padre alemán y madre española, investiga la muerte de Marcelino Soto. Todos en la comunidad española de Francfort afirman que era una bellísima persona. Entonces, ¿quién podría haber arrojado su cuerpo al río después de asesinarlo?"

También quiero hablaros de José M. Gamboa y su Biblioteca del destino, una novela que combina la fantasía, la magia y terror con algunas dosis de realismo y unos cuantos momentos de excitante sexualidad.


Etreum: La biblioteca del destino

"En Vigilia, un sacerdote huye a consecuencia de la ira de un pueblo que lo acusa de varios asesinatos.
En La Ciudad, una bestia siembra el pánico.
En Artelke, el odio entre dos familias desemboca en trágicas consecuencias.
Y detrás de todo, una oscura presencia.
¿Por qué fue destruido el Antiguo Mundo? ¿Quién es el Hombre Oscuro? ¿Quién rige el destino de los habitantes del Nuevo Mundo? protagonistas."

martes, 16 de octubre de 2007

Yo también

Sí, yo también quiero que gane Alonso.
Ya, ya sé que dicen que es antipático.
Sí también sé que hay quien cree que es impertinente.
Y pedante (que se lo pregunten a Hamilton).

Yo, la verdad es que no le conozco personalmente y tampoco me importa mucho de qué color son sus calcetines.

Hay quien no quiere conocer la vida de su escritor favorito porque teme que eso haga que deje de serlo. A mí nunca me ha afectado. De hecho mi actriz favorita es Bette Davis y su personalidad no era un ejemplo de generosidad y bondades, precisamente.

Dicho esto, repito, yo también quiero que gane Alonso. Eso sí, sin que le ayuden con gruas, ni empujando, ni fastidiando la presión de las ruedas de nadie... ¿eh?
Je, je

domingo, 30 de septiembre de 2007

... la manicura


-Esta uña está mordida
-Se me enganchó en el archivo de cuartoE.
-Hace dos semanas fue terceroA y ya van dos uñas mordidas.
-¿Qué quieres, chica? De alguna manera tengo que neutralizar mi ansiedad.
-¿No está tu marido en casa?
-No es ese tipo de ansiedad
-Pues ya me dirás
-No tengo tiempo de hacer lo que quiero
-Eso es que te organizas mal
-Será eso
-En serio. El otro día me regalaron un libro que lo explica muy claro
-Qué suerte tienes, a mí nunca me regalan nada
-Estate quieta que te voy a cortar. Es un libro de autoayuda
-¿Y si es autoayuda para qué quieres el libro?
-Bueno, para tener una idea general sobre lo que necesitas y cómo conseguirlo
-Yo sé lo que necesito
-Entonces, es más fácil ¿Qué necesitas?
-Tiempo
-Y vuelta la mula al río
-Al trigo
-¿Qué dices?
-Al trigo, “y vuelta la mula al trigo”
-Mira que eres repelente.
-Lo siento, no puedo evitarlo
-¿Sabes lo que necesitas?
-Pagar la hipoteca, adelgazar, que mi novela se venda, una operación de cirugía para la que no tenga que pasar por el quirófano. Y tiempo
-Necesitas hacer crecer tu autoestima. Darte cuenta de lo mucho que vales. Amigos, eso es, muchos amigos
-¿Amigos? ¡Quita! Esos son los que se presentan en casa sin llamar y te pillan en pijama, con las camas sin hacer, la cocina sin recoger, el salón lleno de trastos y la nevera vacía.
-Estás tonta. ¿Qué color quieres para las uñas?
-Uno discretito, como mi ánimo.
-Crema.
-Vale. Hablando de cremas ¿tú cual usas? Tienes una piel que ya quisiera yo.
-Eso no es la crema, es la edad
-Pero qué cerda eres
-A todo esto, no me has dicho para qué quieres el tiempo
-Pues para escribir ¿Para qué va a ser?
-Ah, eso
-Anda ésta. ¿A qué viene ese tonito?
-¿Has pensado alguna vez en ir al psicólogo? Pero ¿qué haces?
¡No te muerdas las uñas!



martes, 11 de septiembre de 2007

Mañana empiezan las clases

Será miércoles, lo sé, pero, además, empiezan las clases. Que si los libros sin forrar, que si me llevo esta libreta, que si dónde están los lápices nuevos. Que qué pocas ganas, qué vaya rollo...

Ellos están de los nervios y nosotros mirando al cielo y diciendo por lo bajini ¡por fin, por fin! vuelta a la normalidad, al aburrimiento contenido, al poco tiempo libre bien aprovechado.

Escuchas a los mayores que te dicen que la juventud de hoy en día no vale para nada, que no tienen ilusiones, que no están motivados, que no les gusta trabajar...

Tú suspiras y piensas ¿será verdad? ¿No era eso lo que decía mi abuela? (que en paz esté).

Y entonces descubro esto y me entra un calorcito por todo el cuerpo, es que no me aguanto la sonrisa. Abrid bien los oídos

Canon de Pachelbel




El verano de Las cuatro estaciones de Vivaldi



Y pienso: "si existen chicos como este, al que llaman Funtwo, todo es posible".





Se trata de Jeong-Hyun Lim un estudiante coreano. La versión que le ha hecho famoso fue compuesta por Jerry C., otro joven que toca en una banda.



¿Quién sabe? Quizá el vecino ese con el que te cruzas por la mañana cuando va camino del Instituto con cara de sueño y pocas ganas, al regresar por la tarde se mete en su habitación, enchufa su guitarra al amplificador y entonces se saca un pedacito de cielo de entre los dedos.


domingo, 9 de septiembre de 2007

Una furtiva lágrima

No puedo escuchar esta canción sin que se me escape una furtiva lágima. Es su voz, lo sé, tiene... tenía un timbre que conectaba directamente con la fibra que hace latir mi corazón. Se ha ido y aún me parece escucharle en las hojas mecidas por el viento.
Arrivederci, Luciano


Una furtiva lagrima
negli occhi suoi spuntò,
quelle festose giovani
invidiar sembrò.
Che più cercando io vo?
Che più cercando io vo?

M'ama, sì, m'ama, lo vedo, lo vedo!

Un solo istante i palpiti
del suo bel cor sentir!
I miei sospir confondere
per poco ai suoi sospir!
I palpiti, i palpiti sentir,
confondere i miei coi suoi sospir!


Cielo, si può morir...!
Di più non chiedo, non chiedo.
Ah! Cielo, si può, si può morir...!
Di più non chiedo, non chiedo.
Si può morir...
Si può morir d'amor!

Thinking blogger award

Maritornes ha tenido la gentileza de nominarme para este premio y desde aquí se lo agradezco.

Siguiendo con el sistema que ha establecido un blogger estadounidense (como no) para conseguir el blog que más hace pensar voy a utilizar el temido "copiar y pegar" (temido por los escritores) para repetir las normas de esta nominación. Por aquello de que el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón, estoy segura que Maritornes no se enfadará.

1.- Si alguien te otorga el premio, escribe un post con los 5 blogs que te hacen pensar.

Allá va, en orden alfabético para evitar suspicacias

2.- Enlaza el post original, así la gente puede encontrar el origen del mismo.

POST ORIGINAL



3.- Exhibe o muestra el "Thinking Blogger Awards" con un enlace del post que tu mismo escribas. Hay dos modelos de botón para mostrarlo en el blog, plateado o dorado.




Por supuesto no he podido poner todos los blogs que me hacen pensar, pero he tenido que elegir y no voy a contaros cómo lo he hecho.

martes, 4 de septiembre de 2007

...el psicólogo

-Me pasa una cosa muy curiosa.
-Adelante, te escucho.
-No tengo ganas de hacer nada.
-Sí, tienes razón, es algo muy curioso.
-No te cachondees. Me refiero a que no tengo ganas de hacer “absolutamente nada”
-¿Ni dormir?
-Bueno, dormir sí.
-Pero dormir es hacer algo.
-Hombre, dormir no es hacer nada.
-Y tanto que sí.
-Es que me canso de todo. Las cosas que me resultan atractivas al principio, acaban aburriéndome.
-Eso nos pasa a todos.
-Ya, pero ahora estamos hablando de mí.
-¿Qué crees que se puede hacer?
-Pues estamos bien… Pensaba que venía aquí para que me ayudaras. Si tengo que saberlo yo, podría ahorrarme los cincuenta euros.
-Cincuenta y cinco.
-Lo había olvidado.
-Ya sabes que va a subir el pan.
-Claro, y los psicólogos coméis mucho pan...
-Volvamos al problema. Intentemos profundizar.
-No me apetece.
-Tendrás que hacer un esfuerzo.
-Haré un esfuerzo.
-¿Qué te gustaría hacer?
-Nada.
-Eso no es hacer un esfuerzo.
-¿Quieres que te mienta?
-Quiero que pienses en algo.
-No se me ocurre.
-Seguro que hay algo que siempre has querido hacer. Algo que soñabas cuando tenías toda la vida por delante, cuando imaginabas tu futuro.
-¿Quieres que me deprima?
-Ya estás deprimida.
-Pues así vas a animarme un rato largo.

Silencio

-¿No piensas decirme nada más?
-Estoy esperando tu respuesta.
-Te vas a reír.
-Sería la primera vez desde que ejerzo.
-Escritora.
-¿Lo cualo?
-Es-cri-to-ra.
-Pues estamos apañados.
-Te lo advertí.
-Me parece que vamos a necesitar muchas sesiones.
-¿A cincuenta y cinco euros cada una?

martes, 28 de agosto de 2007

Anoche soñé que había vuelto a Manderley...

REBECCA (1940)

"Anoche soñé que había vuelto a Manderley. Me encontraba ante la verja del parque, pero durante algunos momentos no pude entrar. La puerta estaba cerrada con candado y cadena. Llamé en sueños al guarda, pero nadie me contestó, y cuando miré detenidamente a través de los barrotes mohosos de la verja, vi que la caseta estaba abandonada. "

La película que realizó Hitchcock en 1940 basándose en la novela de Daphne du Maurier, sigue subyugándome. La atmósfera creada por el director se me enrosca alrededor del cuerpo y me aísla por completo de cualquier cosa que suceda a mi alrededor. Estoy segura que al elegir esta novela para iniciar su etapa americana, el director, no lo hizo al azar, que en su cabeza estaban todas y cada una de las escenas que después dibujó a carboncillo antes de insuflarles el aliento de vida que daba a todas sus películas.

La voz en off, reptando por el sinuoso camino que “la naturaleza había reconquistado”, nos llevará hasta un claro en el que aparecerá majestuosa y lúgubre la devastada Manderley. Un lugar al que la protagonista, la narradora de la historia, se acerca en sueños con añoranza, a pesar de que allí vivió los momentos más dramáticos de su vida.

La trama sería algo así:

Máxim de Winter (Laurence Olivier), conoce a su futura esposa (Joan Fontaine), en la Riviera francesa, siendo ella una tímida e ingenua ama de compañía de la señora Van Hopper (Florence Bates). La dama de compañía se enamora instantáneamente de él, en cambio el señor de Winter parece analizarla como si de un objeto extraño se tratase, como algo de lo que has oído hablar pero jamás has tenido a tu alcance.

“Si pudiera inventarse algo –dije impulsivamente- para embotellar los recuerdos, como los perfumes… para que no se disipasen, para que nunca pudieran ponerse rancios. Cuando quisiéramos, podríamos destapar el frasco y sería como vivir de nuevo el momento guardado.”

Por qué el caballero se casa con la doncella es del todo secundario en la trama, no hay romanticismo por su parte, no hay apasionamiento, sus besos son castos, más parecidos a los de un padre que a los de un hombre enamorado. Ella le adora, le idolatra, no le importa ser mangoneada y dirigida, no le preocupa que la mire como si de un espécimen raro se tratase. Él es el fuerte, ella es la débil.

“-Bueno, entonces, estamos de acuerdo, ¿no? –dijo, mientras continuaba con las tostadas y la mermelada-. Dejas de ser la compañera de la señora Van Hopper y comienzas a ser la mía. Tus obligaciones serán casi las mismas.”

El romántico y previsible escenario se va quedando atrás mientras el coche de los esposos avanza hacia Cornualles. Máxim de Winter lleva a su nueva esposa a Manderley, un edificio medieval cargado de historia y de oscuros secretos.

"Manderley. Gracioso, bellísimo, exquisito, sin mácula, aún más hermoso de lo que yo soñé, edificado sobre una hondonada, rodeado de suaves praderas y bancales de césped, con las terrazas que se fundían en los jardines, y los jardines en el mar. "

En el hall les espera el servicio en perfecta formación, vigilado de cerca por la señora Danvers (Judith Anderson), el ama de llaves, una mujer fría y distante, con la mirada pétrea de alguien que oculta un corazón en llamas. La joven esposa, la nueva señora de Winter, entra en aquella casa con el poco favorecedor aspecto de alguien que ha permanecido bajo la lluvia y la inseguridad persistente de una persona tímida y acomplejada. La señora Danvers, tiene ante sí argumentos suficientes para despreciarla. Viene a substituirla a ella, a su amada Rebecca.

Rebecca, incorpórea y constantemente aludida, la R en las mantelerías, en los sobres y en el papel de carta. Su habitación, la más hermosa de la casa, dispuesta y en perfecto estado para cuando regrese. La imaginamos, la sentimos, casi podemos verla deslizándose por el ala Este. No puede regresar, ella lo sabe, pero su presencia es tan abrumadora que la anula por completo. Su inseguridad es como un muro alto y ella no es capaz de escalarlo. La nueva esposa de Max de Winter, la sin nombre, comienza su nueva vida llevando el peso de la ausente. ¿Cómo puede vencerse a los muertos?

"-¿La señora de Winter?
-Se ha debido equivocar –respondí-. La señora de Winter hace ya más de un año que murió.
"

Casi ha olvidado quién es ella.


De repente la trama se diluye, nos damos cuenta de que hemos sido manipulados, engañados por las apariencias. El señor de Winter esconde un secreto, algo que le abruma y le persigue por las noches. Ese secreto es su debilidad y conocerlo será lo que hará fuerte a su esposa. Nada era lo que parecía ser.




Daphne du Maurier, nació el 13 de mayo de 1907, en Londres. Estaba muy influenciada por la literatura de las Brontë. No es difícil encontrar similitudes entre Jane Eyre, de Charlotte Brontë y Rebecca: drama psicológico, romanticismo gótico, personajes aparentemente débiles cuya fortaleza se mantiene oculta hasta un hecho desencadenante. Y no olvidemos el fuego purificador.

Rebecca (1938) fue su quinta novela de un total de 15. Muchos han querido saber el motivo por el que no puso nombre al personaje principal, la segunda esposa de Max de Winter. La respuesta de la escritora fue que no se le ocurría ninguno, así que se embarcó en el desafío de conseguir escribir la historia completa sin que se mencionase el nombre de su protagonista. Daphne du Maurier consiguió con ello que el personaje ausente, Rebecca, se halle siempre omnipresente frente a la “innombrada” protagonista.




sábado, 25 de agosto de 2007

Qué cosas me preguntas

-¿Qué haces cuando estás triste? -le dijo una amiga.

-¿Te refieres a cuando veo las hojas de los árboles pero no su tronco?
- ¿Cuando oigo la lluvia que golpea los cristales y mi cerebro canta en silencio a Serrat?

"Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve, sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados, sobre los campos, llueve."

-¿Cuando necesito las caricias más que aire y si me acarician todo el cuerpo se estremece?
-¿Cuando una mirada es un río de agua?

-No -respondió la amiga-, me refiero a cuando estás triste.

No dejó de sonreir mientras respondía.

-Disfruto del momento.



viernes, 10 de agosto de 2007

De vacances

Me tomo dos semanitas de vacaciones, como el café que me acompaña mientras escribo. Me las tomo lentamente, saboreando cada minuto, perdiendo el tiempo...

Dejo uno de mis relatos, por si apetece leer un rato y no hay ganas de bucear en el pasado...

Helado de fresa amarga

"Cuando recibas esta carta ya me habré ido. Tengo las maletas en la puerta y un taxi esperando. Hace semanas que lo había decidido aunque no te negaré que esperaba un milagro. ¡Qué palabra tan vacía!

Habré pasado por tu vida como un sueño efímero y, quizá, puedas llevarme en tu recuerdo a ese lugar que dices que iremos todos.

En mi infancia creía que los ángeles existían y solía ver uno de vez en cuando a los pies de mi cama. Mi madre me decía que eran sueños, que los ángeles, si existían, no podían verse.

Todavía recuerdo el olor que desprendían tus manos aquel día. Olor a incienso.
Entré a refugiarme, afuera llovía. La soledad me embargaba y el silencio actuó como un bálsamo en mis heridas. Te sentaste y hablamos. Como dos amigos que hace tiempo que no se han visto y tienen mucho que contarse. Fui quitándome una tras otra, las espadas que llevaba clavadas y tú las recogías para lanzarlas lejos.
Me hablaste de tu niñez. De los campos repletos de olivos en donde solías refugiarte en los momentos de angustia. ¡Cuánto hubiese deseado conocerte entonces!
Me acompañaste a casa. La lluvia era persistente y encontraba la manera de colarse en nuestra ropa. Te invité a que subieras y te calentaras, sin ninguna intención. Entonces aún no sabía que te habías colado dentro, muy dentro, allí donde solo entran las palabras que no se dicen.
Estabas temblando.

Mi madre decía que la vida era un enorme y cremoso helado de fresa con trocitos de chocolate, pero que había gente que se empeñaba en coger el helado con los pies. Que querían comerlo haciendo el pino. O que, simplemente, deseaban que la fresa fuese amarga, en vez de dulce.
Ella diría que tú estabas empeñado en que el helado de fresa no fuese de fresa ni estuviese frío. Pero yo sé que no es cierto.

Cuando pienses en mí, no me recuerdes sólo por aquellas tardes junto al fuego, quemándonos por dentro. No olvides los momentos dulces en que me cogías las manos y me explicabas todo lo que te estallaba en el corazón. Tus proyectos, tus ilusiones. Entonces era cuando más te quería.

Hace dos semanas te escuché llorar. Creías que estabas solo, porque te sentías solo. Pero yo estaba allí. Tras la puerta.
Ese día supe que debía marcharme.
Permíteme solo un poco de autocompasión. Déjame llorar también detrás de la puerta. Saber que tus brazos no van a sostenerme más, ni tus labios susurrarán mi nombre, se me hace una verdad insoportable. Añoraré cada parte de tu cuerpo y suspiraré recordando tu voz.

Les perteneces a ellos, a ellos que nada saben de ti, de lo que deseas, de lo que temes. A ellos que volverán a sus vidas cada día, mientras tú te quedas solo, en esa soledad que escogiste y yo vine a destruir. Ya no tendrás que avergonzarte cuando me veas pasar y estés rodeado, no hará falta que gires la cara, mires al suelo y sujetes el temblor de tus manos. Esas manos que me han acariciado.

Hoy, cuando vengas a verme, con la cara pálida y los ojos brillantes, no me hallarás. Me habré ido. Sé que después de la pena vendrá el alivio. Sé que la tranquilidad será pago suficiente a tu pérdida. Se acabaran las noches sin dormir, los remordimientos, la angustia y la culpa.

Yo te llevo conmigo."



Cuando bajó del tren ya era noche cerrada. Necesitaba tomar una copa y el bar de la estación le pareció un lugar como cualquier otro. Se sentó en la barra.

-¿Qué le pongo?
-Una cerveza.
-¿Quiere algo de picar?
-No, gracias, sólo la cerveza.
Dio un largo trago, sentía la garganta como esparto.

-¿Ha oído la noticia? -el dueño del bar tenía ganas de conversación.
-¿Qué noticia?
-La del cura que se ha suicidado.
La cerveza viajaba hacia su boca, pero no llegó a su destino.

-Parece ser que le han encontrado muerto.
-¿Do-dónde ha sido eso?
-En el programa ese de sucesos
-No, me refiero a dónde ha ocurrido, en qué lugar
-En un pueblecito de Jaén. Por lo visto su amante le había abandonado. Dicen que tenía una carta en la mano.

El camarero se percató entonces de la cadavérica palidez de su cliente que se sujetaba a la barra para no caer.

-¿Pero qué le pasa, hombre?

El viajero se desplomó. El vaso, que caía tras él, rebotó antes de estrellarse contra el suelo.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Revista Letralia 169


La revista Letralia, en su número 169, ha tenido a bien publicar mi artículo sobre Charlotte Brontë "A través del espejo", en su sección Artículos y Reportajes. Si os apetece leerlo he puesto un enlace desde su logo.

lunes, 6 de agosto de 2007

Su aniversario

Un pueblecito de Jaén la vio nacer. Su vida es una larga y tortuosa historia de pérdidas y logros. Su infancia estuvo jalonada de despedidas, su adolescencia marcada por las ausencias. Tiene los ojos hundidos de tanto mirar y se pinta la raya del ojo con mano temblorosa. Sentada en el sillón contempla su vida en retroceso, como las olas del mar cuando se alejan de la orilla. Tantas cosas que cambiaría y no cambiarían nada. Él también se fue. Una noche triste, sin poder despedirse. La dejó sola, en esa soledad interior en la que sólo se vive de adentro. Cinco hijos y nueve nietos es una buena simiente.

La ola se acerca y borra los nombres escritos en la arena.

Hoy hace 81 años que empezó todo. Una larga historia digna de ser contada.

Quizá algún día…

jueves, 2 de agosto de 2007

Respirar perjudica seriamente su salud (no hacerlo, también, pero es más rápido)

Mi padre era un fumador empedernido, de esos que salían en las películas antiguas que parecían estar pegados al cigarrillo. Cuando era niña mi cerebro tenía asumido que el aire huele a humo de tabaco. El pobre hombre dejó de fumar unas cuantas veces y, después de esos pocos días, el ansia se apoderaba de él de tal modo que con la colilla de un cigarrillo encendía el siguiente.

Yo no fumo, nunca he fumado, quizá porque temo que en mi está el gen de la adicción y no quiero ponerme a prueba. Mi marido no fuma. En mi casa no se permite fumar más que en la terraza. En fin, que desde que me independicé de mis papis hace ya… bueno, mucho tiempo, mi ambiente es puro y huele a… nada.

Todo esto viene a una noticia que he leído en El País. com esta mañana y cuyo titular dice así: “Los riesgos para la salud de tener una impresora láser en la oficina”Un estudio de una universidad australiana alerta de que las impresoras láser producen emisiones equiparables al humo de los cigarrillos.

Me he quedao muerta/matá, que diría aquella gran pensadora de la que ahora mismo no recuerdo el nombre.

La noticia no tiene desperdicio, os animo a leerla. A los fumadores os servirá como argumento para vuestras discusiones y a los no fumadores, bueno, a esos os sentará como una patada allí.

Y ahora ¿cómo le explico yo a mi jefe que hay que librarse de las impresoras? ¿Dónde las ponemos? Me imagino una sala apartada de todos, un ala del edificio en desuso, pasillos oscuros donde los florecentes que aún funcionan titilan amenazando con apagarse para siempre. Al fondo una puerta con una clavera y dos tibias cruzadas.

Ascen mira por encima de sus gafas.
–¿A quién le toca ir hoy a por las matrículas?
Olga pone cara de pocos amigos y responde.
–Sólo hace un mes que fui a recoger las preinscripciones y tengo dos niños pequeños que me necesitan. Ve tú, los tuyos ya son más grandes.

Ya ves, si algo se me hace cada día más evidente es que no puedes controlarlo todo. Mi suegro siempre dice que “donde está el cuerpo está el peligro” -un gran filósofo mi suegro- y tiene razón. Nada hay más arriesgado en este mundo que el proceso natural y del todo necesario que nos impulsa cada día a abrir la boca y coger aire.

viernes, 20 de julio de 2007

Fin de semana al abrigo de una historia

Hace unos cuantos años mis periodos vacacionales no podían pasar sin unos cuantos días en La Vall de Boí, en la Alta Ribagorça (Lleida). Es un lugar que conocía bastante bien, todo lo bien que puede conocerse un lugar en el que no se vive. La novela que estoy escribiendo se desarrolla en parte alrededor de esa zona, en un pueblecito imaginario. Sabía que todo aquello había cambiado, había podido comprobarlo a través de mi amiga Internet, pero soy de esas a las que les gusta constatar los hechos de un modo "menos virtual". Así que preparé un fin de semana de "inmersión" literaria a la búsqueda de una historia de ficción que ha ocurrido en mi cabeza y que espero poder compartir algún día.
Escogimos Taüll para dormir, un pueblecito de cuento, en el que es muy fácil imaginarse hombres a caballo golpeando el empedrado de sus calles.


Cuando vi esta tumba sin nombre pensé en Ermessenda. Es tal y como la había imaginado, solitaria y sin nombre, en medio de ninguna parte, pero con rosas frescas.


Cuando Emma se decida a volver no lo hará sola y su primer recorrido será el largo y tortuoso camino al Lago Negro, que se inicia en la presa de Cavallers.


El camino es lento, lleno de piedras que han caído de lo alto de sus majestuosas montañas. Es el lenguaje que utilizan para recordarnos que estamos ahí de visita y no debemos permanecer demasiado tiempo.

Finalmente lo descubres ahí abajo, impertérrito, indiferente y oscuro: El Lago Negro.















Después el regreso, cansada, con las piernas doloridas y los ojos llenos de paisaje.

Bajar, cuidando de donde pisas, sin dejar de mirar a tu alrededor.


El Valle está lleno de rincones y parajes dignos de ser vistos y contados pero, sobre todo, de ser vividos.
La Vall de Boí ha cambiado mucho en los años que no la visitaba, se ha convertido en un lugar mucho más visitado, más "turístico", gracias (o por culpa, según se mire) de las pistas de esquí. A pesar de todo sigue contando con algo que nadie ha podido cambiar aún: su paisaje, su verde y grandioso paisaje que te obliga a respirar hondo y que te demuestra que los viajes a través del tiempo sí son posibles. La única máquina que te hace falta es una que tenga ruedas y un buen motor para llevarte.

Tuve un gran impacto al ver la Iglesia de Boí. En mi memoria aún permanecía enterrada...


... como Guillem y Sibil·la.



domingo, 8 de julio de 2007

Cuando todos duermen

Me van a perdonar que me sincere pero es que me está haciendo falta.

Llevo dos meses sin escribir.
Madrugo, trabajo mucho (¿y quién no?), vuelvo a casa, los niños, la vida...

Mi novela, la que me han publicado quiero decir, me ha sorbido el seso, que si se venderá, que si gustará, ¿hago o no hago presentación?

Total que el abate Bertrand de Riell –antes de Erill- (cambio en honor de Theo, también conocido como Ignasi Trueba que sabe mucho del Pirineo catalán y me abrió los ojos), lo que decía, que el abate está muerto de aburrimiento, con el cálamo en la mano y los ojos haciéndole chiribitas de ver lo que tarda esa escritora de tres al cuarto en darle algo que escribir. Y no sé a los demás que escriben, pero a mí me pasa una cosa muy curiosa cuando estoy en época de sequía: no pienso en otra cosa. Si estoy viendo una peli pienso "si yo tuviese que contar esta historia...", antes de dormir leo e imagino cómo lo habría escrito yo. Y el otro día en el trabajo, cuando Conchi me enseñó su cámara en la que aparece claramente la imagen de un fantasma (sí, de esos que veía Allison Dubois) me encontré diciendo de la manera más repelente y ridícula: esto tengo que escribirlo. No volví a abrir la boca en toda la mañana y eso porque soy anti violencia que si no me habría dado un guantazo, por snob.

Así que lo he decidido, ya sé que es duro y no tengo claro que pueda salir adelante, pero no hay más remedio, se trata de una emergencia.
A partir de mañana me levanto a las seis.

¿O alguien tiene alguna otra sugerencia?

sábado, 23 de junio de 2007

Fiesta


Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas
Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
verdes rojas y amarillas

Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea
en la noche de San Juan
cómo comparten su pan
su tortilla y su gabán
gentes de cien miel raleas.

Apurad,
que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir:
vamos subiendo la cuesta,
que arriba mi calle
se vistió de fiesta

Hoy el noble y el villano
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha
juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
abrazando a una muchacha

Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la pobre vuelve al portal
la rica vuelve al rosal
y el avaro a las divisas.

Se acabó:
el sol nos dice que llegó el final
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta,
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
(Joan Manuel Serrat)

¡Bona nit de Sant Joan a tothom!

Cuidado con la hoguera, la coca

y los petardos...

sobre todo los que no explotan.