jueves, 12 de febrero de 2009

200 años...


Es curioso, pero aunque hace ya más de veinte años que conozco a ese estupendo y divertido ser humano evolucionado que es mi suegro, todavía no he conseguido atravesar la dura capa estructurada en su cerebro que protege la idea de que si una taza no puede hacerse sola, el ser humano, que es mucho más perfecto y complejo, menos.

Supongo que si Darwin hubiese tenido el placer de sentarse a charlar con Julián, una de dos, o le habría estampado en la cabeza “El origen de las especies” o se hubieran tomado unos vinos a carcajada limpia.

Y es que eso de aceptar que estamos aquí, no se sabe para qué, no es fácil.

Frente a los que creemos en la teoría de la evolución están los creacionistas. El creacionismo en Teología supone que el alma personal de cada ser humano es resultado de un acto especial de creación por parte de Dios.

Pero es que ahora hay un creacionismo científico que postula contra la veracidad de la teoría de la evolución. Hablan del “darwinismo”, englobando en esa palabra todas las teorías científicas que han trabajado para demostrar el hecho evolutivo, y lo catalogan como una “teoría más”. Los creacionistas aseguran no estar necesariamente vinculados a ninguna religión, pero creen en un diseño inteligente. Y yo me pregunto ¿quién es ese diseñador?

En la afirmación de que el creacionismo no tiene nada que ver con la religión se esconde una contradicción obscena. Cito: “Esta teoría no habla estrictamente de un dios, sino de un ser superior con capacidad para concebir y configurar el mundo tal y como lo conocemos.” ¡Anda, mi madre! ¡Es verdad! No se refiere a un dios…"(ver aquí)

Charles Darwin nació el 12 de febrero de 1809 en Shrewsbury, Inglaterra.
El 24 de noviembre de 1859 aparece El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida.
El primer día se agotaron los 1250 ejemplares que publicaron.
Darwin expone en él sus estudios sobre la selección natural y la teoría de la evolución.

"Es interesante contemplar un enmarañado ribazo cubierto por muchas plantas de varias clases, con aves que cantan en los matorrales, con diferentes insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre la tierra húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas, tan diferentes entre sí, y que dependen mutuamente de modos tan complejos, han sido producidas por leyes que obran a nuestro alrededor."
El origen de las especies, Charles Darwin