viernes, 30 de marzo de 2012

Entrevista con Regina Roman

Regina Roman se describe como actriz y amante de los animales y de los bosques, con algo de hada en su intrépida naturaleza. Y si la miras bien, es cierto que algo de hada tiene, quizá esa chispa en la mirada o la sonrisa deslumbrante y contagiosa con la que mira siempre a la cámara. Quizá el hecho de haber ejercido durante 14 años como abogada, criminalista y de familia, haya tenido algo que ver, porque está claro que una profesión como esa o te vuelve loca, o te vuelve loca, no sé si me entendéis.

Cuando se decidió a escribir lo hizo sin freno y ya tiene cuatro novelas publicadas. Un féretro en el tocador de señoras, que no me digáis que el título no se las trae. Cuarentañeras, un libro que te quita el miedo a cumplir años. Del suelo al cielo, la historia de una Cayetana cualquiera, egocéntrica y mitómana que pondrá a prueba vuestra resistencia. Y Muerta de envidia, que no sé exactamente de qué trata. Y como esta chica no para, ya tiene en la recámara otros dos títulos listos para salir disparados, Gato por liebre y Esto te lo apaño yo.com (me parto).

Regina, ¿por qué te decidiste a escribir sobre mujeres? ¿Crees que necesitamos un género aparte?

—No me cabe duda de que hombres y mujeres somos diferentes, vemos las cosas desde diferente punto de vista y juntos, nos enriquecemos. Escribir sobre psicología femenina nunca fue algo premeditado pero somos tan ricas en sensaciones, emociones y el modo de exponerlas, que las mujeres se cuelan en mis novelas y se apropian de los roles principales sin que yo pueda evitarlo. Luego, junto a cada protagonista hay un hombre… o más de uno que le da sentido y contraste. Y ambos son fundamentales para el desarrollo de cualquier trama.

Como la vida misma, vaya. Ahora que ya hemos calentado, comencemos con el cuestionario.

1.
¿Qué rasgo de tu personalidad como escritora destacarías?
El desenfado. Incluso cuando cuento cosas terribles, lo hago desde el prisma del divertimento y del humor.

2. ¿Qué cualidad esperas de un escritor o escritora?
Que sea coherente y que se respete a sí mismo y al lector.

3. ¿Qué esperas de tus amigos cuando les das a leer un manuscrito? 
Evidentemente, sinceridad. Para decirme que soy mejor que el pan con nocilla ya estoy yo en mis mejores momentos. Si dejo un manuscrito a un amigo es para mejorarlo cuando todavía estoy a tiempo y eso solo es posible si me cuentan en qué fallo.

4. ¿Cuál crees que es tu principal defecto a la hora de escribir?
¡Oh! La impaciencia. Querría escribir cinco novelas al año lo cual no es posible porque siendo el segundo defecto el perfeccionismo, puedes imaginar cuántas vueltas, pulidos y reescrituras regalo a cada obra. El cuento de nunca acabar.

5. ¿Cuál es tu ocupación favorita? (sin contar la escritura)
Dormir. Como una marmota, jajajajaja. Bueno, es cierto que paso muchas horas durmiendo pero estar con mi familia e interpretar son mis otras grandes pasiones.

6. ¿Cual es tu sueño de felicidad?
Estar contenta con cómo soy, con lo que hago, en paz conmigo y con los demás. Donde hay miedo, envidia o rencor no cabe la felicidad.

7. Si pudieras ser otra persona ¿quién te gustaría ser?
Déjame pensar… Regina Roman con poderes mágicos. Sí, una especie de hada. Te aseguro que en tres días no había un solo pobre ni infeliz en el mundo.

8. ¿Dónde te gustaría vivir?
Donde vivo es un regalo, sería un sacrilegio quejarme. Pero la Toscana o Londres… Mmmmm… Me muero de sólo pensarlo.

9. ¿Cuál es tu lugar favorito para escribir? (no vale decir el baño, no resulta
creíble).
No, claro. En el baño no escribo, solo tomo apuntes. Escribo en mi despacho, a ser posible con musiquita de fondo.

10. Tus novelas favoritas son:
Toda la saga de Harry Potter, los apasionantes thrillers de Fernando Trujillo, todo el chick-lit del mundo y la novela de intriga. En concreto y aunque nada tenga que ver con lo que acabo de decir me marcaron Sinuhé el egipcio, Jane Eyre, El Perfume y La historia interminable.

11. Esas novelas que no pudiste terminar por… (me refiero a terminar de leer, sé
valiente, nadie se atreve con esta pregunta).
Me han aburrido muchas pero he hecho un esfuerzo (absurdo, lo sé) y las he terminado. La única que no pude acabar fue La ecuación Dante. Igual algún día me animo y la retomo…

12. Tus héroes y heroínas de ficción.
Superman y Supergirl. Desde pequeña he querido ser como ellos. Bueno, como ella y que él se enamorase perdidamente de mí.

13. Tus pintores favoritos:
Dalí. Recrea todos los mundos que querría ver cuando escribo fantasía.

14. Tus compositores favoritos:
Mozart, Vivaldi, Freddy Mercury (lloré como una energúmena el día que se marchó), Offer Nissim.

15. El escritor o escritora que más admiras.
Admiro a Ken Follet por lo bien que se lo montado y lo bien que lo lleva, a Agatha Christie por su capacidad imbatible para crear intrigas, a Marian Keyes por asentar un género tan maravilloso como es el chick-lit. A todos ellos y a los que olvido, gracias, gracias.

16. ¿Qué talento natural te gustaría poseer?
La clarividencia. Y a buen entendedor pocas palabras bastan, jajajajaja.

17. ¿Qué le pides a la literatura?
Que me haga disfrutar mucho.

18. ¿En qué momento considerarías que has triunfado en la vida?
Cuando me di cuenta de para qué había venido al mundo y empecé a ser consecuente con ello.

19. ¿Cómo crees que será tu vejez?
Seré una abuela ye-yé, coqueta, que se resiste a envejecer y a marcharse, escribiendo más que nunca.

20. ¿Cómo desearías morir?
De noche, despacio, en silencio… dejar de ser.

21. ¿Cuál es tu lema?
Vive y deja vivir.

—Una vez terminado el psicoanálisis me gustaría que nos contases en qué estás trabajando ahora mismo.

—Aparte de un par de correcciones que me traen por la calle de la amargura (me abuuuuuurro), estoy escribiendo mi última novela. Va sobre ¡¡cuennos!!

O sea que dejas la comedia psicológica para pasar directamente al terror, ya veo. En fin, me ha encantado recibirte en mi blog y espero que consigas todo lo que te propongas.

—Muchísimas gracias, Antonia, por este ratito de esparcimiento e introspección. Me lo he pasado pipa y me has obligado a mirar dentro, lo que de cuando en cuando no está pero que nada mal.


Podéis encontrarla en su blog Libros mejor que Prozac
Y comprar sus libros en Amazon

lunes, 26 de marzo de 2012

Reto Tridente literario

Os advierto que esta va a ser una entrada viva. Se irá modificando y cambiará según vaya avanzando el reto. Así que se trata de una entrada reeditable, muy interesante y divertida. 

Para celebrar sus 100 seguidores, Elezar, del blog Eleazar escribe, se ha inventado un estupendo reto al que, es evidente, me he apuntado.

El reto consiste en rellenar una lista de 20 frases con las portadas de los libros, la sinopsis y un link -opcional- para que, si algún blogger está interesado en el libro, pueda acceder a la información completa.

El reto se va a dividir en tres sub-retos: libros, personajes y escritores. Va a durar tres meses, un mes por sub-reto. De esta manera:

Sub-reto 1, LIBROS:
01. Tu libro preferido
02. El libro que más veces que te has leído
03. Un libro que te han regalado
04. Tu libro favorito de la infancia
05. Un libro que te haya marcado de por vida
06. Un libro que te haya enseñado algo sobre la felicidad
07. Un libro que te haya dejado triste
08. Un libro con el peor final
09. Tu clásico preferido
10. Un libro que siempre te anima
11. Un libro que relees a menudo
12. El libro más largo que hayas leído
13. Un libro que te haya hecho enfadar
14. El libro con la mejor historia de amor
15. El libro más violento que hayas leído
16. Tu saga preferida
17. Un libro con el que te identifiques
18. Un libro que te gustaría haber escrito
19. Un libro que te gustaría que te dedicaran
20. Un libro que te encantó, y que ahora no te gusta nada

Sub-reto 2, PERSONAJES:
01. Personaje favorito
02. Protagonista más odiado
03. El antagonista más carismático
04. Personaje secundario que te gustó más que el protagonista
05. Grupo de personajes preferido
06. Personaje que más te ha hecho reír
07. El antagonista peor construido
08. Personaje más frío que conozcas
09. Personaje que te gustaría haber creado
10. Personaje que te gustaría ser por un día
11. Personaje más sexy
12. Personaje que querrías que existiera
13. Mejor narrador masculino
14. Mejor narradora
15. Peor narrador
16. Personaje con más arquetipos que conozcas
17. Mascota literaria favorita
18. Personaje secundario del que te habría gustado saber más
19. Personaje con el que te identifiques
20. Personaje más extraño
21. Personaje del que estés más orgulloso


Sub-reto 3, escritores: subiré la lista el 26 de mayo.

Responderé a cada una de las fases dentro del mes que toca en una entrada aparte, enlazándola también a esta. El primer listado lo subiré el viernes día 30 y después colocaré el enlace bajo el gadget que he colocado en la barra lateral.
Y para acabar, añado la lista de todos los que se han apuntado al reto y de ese modo podremos seguir también los gustos literarios de los demás. Os invito a participar ya que, como dice Eleazar, es una bella manera de mostrarnos, a través de nuestras lecturas.

Trinia, de Barullo
Judy Steele, de Suspiros del viento 
Elisa, de A vuelapluma
LittleEmily, de Reading at the moonlight

viernes, 16 de marzo de 2012

Querer, no provoca tristeza.

Le quedaban dos meses de prácticas en la nursería del hospital. Se había acostumbrado a los zuecos y la bata azul que le hacían ponerse. Ya tenía por la mano el ritmo de trabajo, sabía que debía empezar por arriba a la derecha y seguir hacia la izquierda, cambiando pañales y dando biberones. Cogía a los recién nacidos con soltura y seguridad, los bañaba en la pica y les cantaba, porque era de talante agradable y cariñosa. Le gustaban los niños, no para comérselos, le gustaban porque los consideraba seres excepcionales. Eran una criaturas indefensas y, sin embargo, capaces de despertar en los adultos (al menos en casi todos) un sentimiento tan protector y profundo, que convertía a aquel encargado de cuidarle, en un caballero de armadura, una bruja sin escoba o un luchador de sumo, frente a cualquier posible agresor.

Iba un día sí y otro no, cambiando de turno a mañana o tarde, cada vez. Aquel día llegó a las cuatro y estaría allí hasta las diez, su jornada era de seis horas. Cuando entró, equipada ya con su uniforme, le llegó un extraño sonido que no reconoció, entre los lloros y ruidos normales de cada día. Parecía el maullido de un gato, muy flojo y repetitivo.
Las caras de sus dos compañeras estaban más serias de lo habitual. En una de ellas la seriedad era el estado normal, pero la otra era más alegre y se sorprendió ante su expresión sombría.
La monja se acercó a ella. La monja, a la que llamaban madre (qué cachondos) era la supervisora, daba órdenes a diestro y siniestro y después se marchaba a "su despacho". En aquel momento levantaba un dedo amenazador:

- Ese bebé que está allí, no lo cojas. No se lo enseñes a su padre aunque insista. No lo saques de la incubadora para nada ¿has entendido?
- ¿No hay que darle de comer? -preguntó sorprendida- ¿Por qué hace ese ruidito?
- Porque se va a morir.

Lo dijo así, como si hubiese anunciado que la hora del biberón se adelantaba diez minutos. La enfermera en prácticas se quedó inmóvil, observando aquella incubadora que emitía un quejido anónimo y, ahora, desgarrador.

- Lo hace para que no nos encariñemos y luego lo pasemos peor -la veterana se sabía bien la lección.
Pero la muchacha no podía entender qué narices importaba eso. Ya se les pasaría. Aquel bebé debía quedarse allí, solo, esperando a que sus pulmones o su corazón, se detuviesen, para que ellas, unas pobres trabajadoras de la salud, no fuesen a pasar un mal rato.

Intentó hacer su trabajo, cambiando pañales de niños sanos, dando el biberón a niños hermosos y mostrándolos a padres emocionados que venían a poner la nariz en el cristal para que le dijesen cual era el suyo.
Hasta que le vio. Estaba apartado, apoyado en la pared, con la mirada perdida y una expresión profundamente triste.
- Es el padre. Su mujer aún no lo sabe. Tuvo un mal parto y se ha pasado todo el día durmiendo.
- ¿Y cuándo van a decírselo? A lo mejor le gustaría abrazarlo antes...
- Eso pienso yo, pero aquí nosotras no decidimos.

Sabía que le quedaban dos meses de prácticas y que eso podía repercutirle y mucho, en su nota final. Pero, a decir verdad, tampoco lo pensó demasiado. Fue a la incubadora y cogió al bebé en sus brazos. Lo acunó, lo besó, le cambió los pañales y después lo acercó al cristal. El hombre, al otro lado, la miró un instante y después se marchó. Volvió a la habitación, con su mujer.

La que un día sería enfermera miró al niño y comenzó a cantarle una nana, una que le cantaba su madre cuando era pequeña y que tenía reservada para cuando ella tuviese un hijo.

Dos días después tenía turno de mañana y se fue directa hacia la incubadora, pero estaba vacía. Cogió los biberones del calentador y se dispuso a dar de comer a los pequeños que ya berreaban, como un reloj. Mientras los sostenía pensaba que cuando acabasen sus prácticas debería decirle a Sor Maite que se equivocaba, que contrariamente a lo que ella pensaba, querer, no provocaba tristeza.
Y sonrió.

jueves, 8 de marzo de 2012

¿Dónde está tu ombligo?

Es sorprendente asistir al juego de poder en que vivimos cotidianamente, todos buscando el propio interés. En la vida diaria te enfrentas a pequeñas, casi insignificantes, situaciones que ponen en práctica los mayores tratados de estrategia y fuerza de compensación. Todos creemos tener razón, todos tenemos un punto de vista, una opinión. Si vemos la misma situación en otros podemos ser imparciales, justos y comedidos, pero todo cambia cuando somos nosotros mismos “los pobrecitos”.

La visión superficial con la que miramos al otro nos da una perspectiva errónea de sus motivaciones, provocando con ello su frontal rechazo. Desde el que pide un poco de comprensión para su problemática situación en lo alto de la torre del homenaje, hasta el que sostiene su derecho a descansar el brazo de la espada a horas convenidas. Todos por igual en exigencia de comprensión y falta de la susodicha.

Si te apartas un poco y observas lo que ocurre a tu alrededor aprendes mucho en poco tiempo. Que todos somos iguales dependiendo de dónde estemos en cada momento. Que los refranes no los escribieron literatos sino gente que pidió a uno al que había visto pedir o sirvió a otro del que había oído que sirvió.

No nos diferenciamos gran cosa de aquellos que nos precedieron. Sí, sabemos teclear prosopopeya en Google y buscar en la Wikipedia las figuras literarias. También sabemos conducir un coche y hablar por el manos libres al mismo tiempo. Algunos saben, incluso, lo que es el IBEX 35.

En lo que no hemos cambiado es en no reconocernos a nosotros mismos en aquél que tenemos enfrente. Que sí, es más guapo que yo, tiene más dinero que yo y se peina con la raya al lado. Pero por dentro, allí donde todo se fabrica, en lo alto, bajo la dura y gruesa capa de hueso que recubre su cerebro, sus neuronas envejecen y van muriendo al mismo ritmo que las mías.


Busqué la ciencia, y me enseño el vacío.
Logré el amor, y conquisté el hastío.
¡Quién de su pecho desterrar pudiera,
la duda, nuestra eterna compañera!.
¿Qué es preciso tener en la existencia?
Fuerza en el alma y paz en la conciencia.
No tengáis duda alguna:
felicidad suprema no hay ninguna.
Aunque tú por modestia no lo creas,
las flores en tu sien parecen feas.
Te pintaré en un cantar
la rueda de la existencia:
Pecar, hacer penitencia
y, luego, vuelta a empezar.
En este mundo traidor,
nada es verdad, ni mentira,
Todo es según el color
del cristal con que se mira
.

Humoradas

Ramón de Campoamor




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domingo, 4 de marzo de 2012

Booktrailer

Este es mi primer booktrailer y me lo he pasado genial preparándolo. Es un homenaje a Alicia, Lucía, Mario y todos los personajes de mi novela Peso cero. Hace tiempo que se lo debía, pero creo que ha valido la pena esperar.

Espero que os guste, apenas dura un minuto, así que no tenéis excusa para no verlo. Y no os vayáis sin comentarlo, por favor.